miércoles, 13 de agosto de 2014

                                                           cuentos infantiles 



LA CIGARRA Y LA HORMIGA

   UN CALUROSO VERANO, UNA CIGARRA CANTABA SIN PARAR DEBAJO DE UN ÁRBOL. NO TENÍA GANAS DE TRABAJAR; SÓLO QUERÍA DISFRUTAR DE SOL Y CANTAR, CANTAR Y CANTAR.
   UN DÍA PASÓ POR ALLÍ UNA HORMIGA QUE LLEVABA A CUESTAS UN GRANO DE TRIGO MUY GRANDE. LA CIGARRA SE BURLÓ DE ELLA:
   -¿ADÓNDE VAS CON TANTO PESO? ¡CON EL BUEN DÍA QUE HACE, CON TANTO CALOR! SE ESTÁ MUCHO MEJOR AQUÍ, A LA SOMBRA, CANTANDO Y JUGANDO. ESTÁS HACIENDO EL TONTO, JI, JI, JI SE RIÓ LA CIGARRA -. NO SABES DIVERTIRTE...
   LA HORMIGA NO HIZO CASO Y SIGUIÓ SU CAMINO SILENCIOSA Y FATIGADA; PASÓ TODO EL VERANO TRABAJANDO Y ALMACENANDO PROVISIONES PARA EL INVIERNO. CADA VEZ QUE VEÍA A LA CIGARRA, ÉSTA SE REÍA Y LE CANTABA ALGUNA CANCIÓN BURLONA:
   -¡QUÉ RISA ME DAN LAS HORMIGAS CUANDO VAN A TRABAJAR! ¡QUÉ RISA ME DAN LAS HORMIGAS PORQUE NO PUEDEN JUGAR! ASÍ PASÓ EL VERANO Y LLEGÓ EL FRÍO.
   LA HORMIGA SE METIÓ EN SU HORMIGUERO CALENTITA, CON COMIDA SUFICIENTE PARA PASAR TODO EL INVIERNO, Y SE DEDICÓ A JUGAR Y ESTAR TRANQUILA.
   SIN EMBARGO, LA CIGARRA SE ENCONTRÓ SIN CASA Y SIN COMIDA. NO TENÍA NADA PARA COMER Y ESTABA HELADA DE FRÍO. ENTONCES, SE ACORDÓ DE LA HORMIGA Y FUE A LLAMAR A SU PUERTA.
   SEÑORA HORMIGA, COMO SÉ QUE EN TU GRANERO HAY PROVISIONES DE SOBRA, VENGO A PEDIRTE QUE ME PRESTES ALGO PARA QUE PUEDA VIVIR ESTE INVIERNO. YA TE LO DEVOLVERÉ CUANDO ME SEA POSIBLE.
   LA HORMIGA ESCONDIÓ LAS LLAVES DE SU GRANERO Y RESPONDIÓ ENFADADA:
   -¿CREES QUE VOY A PRESTARTE LO QUE ME COSTÓ GANAR CON UN TRABAJO INMENSO? ¿QUÉ HAS HECHO, HOLGAZANA, DURANTE EL VERANO?
   - YA LO SABES - RESPONDIÓ APENADA LA CIGARRA -, A TODO EL QUE PASABA, YO LE CANTABA ALEGREMENTE SIN PARAR UN MOMENTO.
   - PUES AHORA, YO COMO TÚ PUEDO CANTAR: ¡QUÉ RISA ME DAN LAS HORMIGAS CUANDO VAN A TRABAJAR! ¡QUÉ RISA ME DAN LAS HORMIGAS PORQUE NO PUEDEN JUGAR!
   Y DICHO ESTO, LE CERRÓ LA PUERTA A LA CIGARRA.
   A PARTIR DE ENTONCES, LA CIGARRA APRENDIÓ A NO REÍRSE DE NADIE Y A TRABAJAR UN POQUITO MÁS.
                   ADAPTACIÓN DE LA FÁBULA DE LA FONTAINE





EL PEZ QUE NO QUERÍA IR AL COLEGIO
   ¡QUÉ GRAN SUSTO SE LLEVÓ EL PEZ TRIS POR NO GUSTARLE IR A LA ESCUELA Y NO SABER LEER! 
   EL BURRO OREJAS, DESPUÉS DE UNOS LABORIOSOS AÑOS DE TRABAJO, GOZABA DE UN BUEN MERECIDO DESCANSO. 
   PERO TAN ACOSTUMBRADO ESTABA A TRABAJAR QUE NO PODÍA ESTAR SIN HACER NADA. 
   PASEANDO UN DÍA A LA ORILLA DEL RÍO TUVO UNA BRILLANTE IDEA: 
   - ESO ES, CADA DÍA VENDRÉ AL RÍO A PESCAR Y ASÍ ME DISTRAERÉ. 
   Y DESDE ENTONCES, SENTADO SOBRE EL VIEJO PUENTE QUE CRUZABA EL RÍO, EL BURRO OREJAS LANZABA EL ANZUELO AL RÍO Y ESPERABA A QUE LOS PECES PICARAN. 
   ¡QUÉ EMOCIÓN AL SENTIR EL TIRÓN DADO POR EL PEZ Y LUEGO LA ANHELADA ESPERA DE TIRAR DEL HILO HASTA VER EL PEZ AGITÁNDOSE AL EXTREMO DEL ANZUELO! 
   PERO LO QUE ERA OCASIÓN DE ALEGRÍA PARA EL BURRO, LO ERA DE TRISTEZA PARA LOS PECES QUE VIVÍAN EN EL RÍO. 
   AL VER CÓMO ÉL BURRO OREJAS IBA CAPTURÁNDOLOS, SE REUNIERON TODOS PARA ENCONTRAR EL MODO DE LIBRARSE DE ÉL. 
   DESPUÉS DE MUCHO CAVILAR DECIDIERON PONER EN EL LUGAR DONDE SIEMPRE PESCABA EL BURRO OREJAS, DEBAJO DEL PUENTE, UN LETRERO CON LA INSCRIPCIÓN CON LETRAS BIEN GRANDES: 
   «¡ATENCIÓN! ¡PELIGRO! ¡AQUÍ PESCA OREJAS! NO COMÁIS NINGÚN GUSANO.» 
   DESDE AQUEL DÍA, OREJAS NO COMPRENDÍA POR QUÉ NO COGÍA YA NINGÚN PEZ. Y SE RASCABA, PENSATIVO LA CABEZA PENSANDO EN EL EXTRAÑO MISTERIO. 
   EL PECECITO TRIS, AL SALIR DE CASA, EN LUGAR DE IR A LA ESCUELA, SOLÍA DAR GRANDES PASEOS POR TODOS LOS RECOVECOS DEL RÍO. ERA MÁS EMOCIONANTE NADAR DE UN LADO PARA OTRO QUE ESTAR EN CLASE, SENTADO, DIBUJANDO, ESCRIBIENDO, CONTANDO. 
   Y CLARO ESTÁ, NUNCA IBA A LA ESCUELA Y NO SABÍA LEER. 
   UN DÍA EN UNA DE SUS CORRERÍAS AVENTURERAS LLEGÓ DEBAJO DEL PUENTE, AL LUGAR DONDE LOS PECES HABÍAN PUESTO EL GRAN LETRERO. 
   TRIS LO VIO ¿POR QUÉ HABRÁN PUESTO AQUÍ ESTO? ¿QUÉ DIRÁN ESTAS LETRAS? EN ESE MOMENTO SU ATENCIÓN SE VIO ATRAÍDA POR UN DELICIOSO GUSANO QUE SE COLUMPIABA EN EL AGUA. 
   -¡BOCADO EXQUISITO - PENSÓ TRIS. 
   Y ABRÍA SU BOCA PARA TRAGÁRSELO CUANDO, DE PRONTO, ¡ZAS! EL VIEJO PUENTE SOBRE EL QUE SE SENTABA OREJAS SE DERRUMBÓ Y ÉSTE SE VIO SUMERGIDO EN EL AGUA. MAL LO PASÓ. PERO PUDO VER EL LETRERO DE PELIGRO QUE LOS PECES HABÍAN PUESTO. Y CÓMO ERA VIEJO Y LE RESULTABA DIFÍCIL SALIR DEL AGUA PORQUE LOS HUESOS LE PESABAN MUCHO, LOS PECES, COMPADECIDOS DE ÉL. LE AYUDARON A SALIR. 
   EL BURRO OREJAS LES PROMETIÓ QUE NUNCA MÁS IRÍA A PESCAR. Y LOS PECES LE PIDIERON QUE SE ACERCARA A LA ORILLA, Y ÉL Y ELLOS HABLARÍAN CONTÁNDOSE COSAS. 
   TRIS RECIBIÓ UN SOBERANO SUSTO AL VER LO CERCA QUE ESTUVO DE MORIR PESCADO POR NO SABER LEER Y YA NUNCA MÁS DEJÓ DE IR A LA ESCUELA. Y ¿SABÉIS?, LLEGÓ A COMPRENDER QUE IR A CLASE ERA TAN EMOCIONANTE COMO PASEAR A LO ANCHO Y LARGO DEL RÍO. 
      (CUENTO SUDAMERICANO)
 
 
 
 
 
LA BELLA DURMIENTE

   HUBO UNA VEZ UNOS REYES QUE SE SENTÍAN MUY DESGRACIADOS PORQUE NO TENÍAN NINGÚN HIJO. EL TIEMPO FUE PASANDO Y CUANDO CASI HABÍAN PERDIDO LA ESPERANZA TUVIERON UNA PRECIOSA HIJA.
   - EL DÍA DEL BAUTIZO DAREMOS UNA GRAN FIESTA DIJO EL REY -. INVITAREMOS A LAS HADAS DEL REINO PARA QUE SEAN LAS MADRINAS.
   Y ASÍ VINIERON TRES HADAS QUE QUISIERON HACERLE TRES MARAVILLOSOS REGALOS CONCEDIÉNDOLE TRES DONES:
   - SERÁS LA MÁS BELLA DIJO UNA TOCANDO A LA NIÑA CON SU VARITA MÁGICA. -
   - Y LA MÁS DULCE DIJO OTRA.
   PERO CUANDO SÓLO FALTABA UNA POR ENTREGAR SU REGALO, ENTRÓ EN EL SALÓN OTRA QUE NO HABÍA SIDO INVITADA. ERA UNA VIEJA HORRIBLE VESTIDA DE NEGRO QUE, LLENA DE RABIA. FUE DIRECTAMENTE HACIA LA CUNA Y MALDIJO A LA RECIÉN NACIDA DICIENDO:
   - ¡ANTES DE QUE LLEGUES A CUMPLIR QUINCE AÑOS, TE PINCHARÁS EL DEDO CON UN HUSO Y MORIRÁS! ¡ASÍ PAGARÉIS EL DESPRECIO QUE ME HABÉIS HECHO AL NO INVITARME! - DIJO DIRIGIÉNDOSE A LOS PADRES.
   Y SIN DECIR UNA PALABRA MÁS SE MARCHÓ.
   TODOS SE QUEDARON PARALIZADOS DE MIEDO, Y EL HADA QUE TODAVÍA NO HABÍA ENTREGADO SU REGALO DIJO:
   -¡NO TEMÁIS, MAJESTADES! AUN QUEDA MI REGALO. YO NO PUEDO DESHACER LA MALDICIÓN, PERO SI PUEDO REGALARLE A LA PRINCESA EL DON DEL SUEÑO PROFUNDO. DE ESTA FORMA, CUANDO SE PINCHE CON EL HUSO, EN VEZ DE MORIR DORMIRÁ Y EN ESE ESTADO PERMANECERÁ HASTA QUE UN PRÍNCIPE VALEROSO Y DE BUEN CORAZÓN LA DESPIERTE CON UN BESO.
   LOS REYES, PARA EVITAR EL PELIGRO, MANDARON QUEMAR TODAS LAS RUECAS Y HUSOS DEL REINO.
   -¡ASÍ SALVAREMOS A LA PRINCESA! - OPINABAN TODOS.
   LA NIÑA CRECIÓ, Y CUANDO CUMPLIÓ QUINCE AÑOS, EN LA TORRE MÁS ALTA DESCUBRIÓ A UNA MUJER QUE HILABA CON UNA RUECA:
   -¿QUÉ ES ESO, SEÑORA? - PREGUNTÓ, PUES NUNCA HABÍA VISTO UNA RUECA EN SU VIDA.
   LA MUJER SE LO EXPLICÓ Y SE OFRECIÓ A ENSEÑARLE A UTILIZAR LA RUECA. PERO, DE PRONTO, LA PRINCESA SE PINCHÓ EN UN DEDO CON EL HUSO.
   -¡AY ESTOY SANGRANDO! EXCLAMÓ. Y CAYÓ AL SUELO PROFUNDAMENTE DORMIDA.
   RÁPIDAMENTE LAS HADAS LLEVARON A LA PRINCESA A SU HABITACIÓN, Y PRONTO TODOS LOS HABITANTES DEL REINO QUEDARON INMERSOS EN UN PROFUNDO SUEÑO. LUEGO COMENZÓ A BROTAR ALREDEDOR DEL PALACIO UN GRAN SETO DE ESPINOS QUE CADA DÍA SE HACÍA MÁS GRANDE HASTA QUE DEJÓ DE VERSE EL PALACIO.
   ASÍ PASARON MUCHOS AÑOS. EN EL PUEBLO SE HABLABA DE LA LEYENDA DE LA BELLA DURMIENTE. UN DÍA APARECIÓ UN PRÍNCIPE EXTRANJERO Y ESCUCHÓ LA LEYENDA.
   - YO NO CONOZCO EL MIEDO. ¡QUIERO VER A LA BELLA DURMIENTE! EXCLAMÓ.
   DICIENDO ESTO, MARCHÓ HACIA EL PALACIO. CONSIGUIÓ ENTRAR Y ENCONTRÓ DORMIDOS A UNA MULTITUD DE HOMBRES Y ANIMALES COMO SI FUESEN ESTATUAS. CRUZÓ VARIOS PATIOS Y SUBIÓ ESCALERAS. EN UNO DE LOS APOSENTOS ENCONTRÓ A LA BELLA PRINCESA.
   -¡ES LA MUJER MÁS BELLA QUE HE VISTO! EXCLAMÓ.
   EL CORAZÓN DEL PRÍNCIPE SE LLENÓ DE AMOR CONTEMPLANDO EL ROSTRO DE AQUELLA JOVEN. SE ACERCÓ A LA CAMA FASCINADO Y LA BESÓ. EN ESE MOMENTO EL BOSQUE DE ESPINOS DESAPARECIÓ. LOS HABITANTES DE PALACIO DESPERTARON Y FUE COMO SI EL TIEMPO NO HUBIESE PASADO.
   AQUEL MISMO DÍA, EL PRÍNCIPE Y LA BELLA DURMIENTE SE CASARON Y FUERON FELICES TODA SU VIDA.
 



 











 




 

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